La niña acaricio las páginas de aquel libro. Era un libro especial, era el libro que su madre le regaló en su séptimo cumpleaños, antes de que su madre muriese y su padre la abandonase.
Ahora observaba las letras, leía la historia, a la luz de las velas, en su pequeño y estrecho cuarto en aquel orfanato.
Devoraba las letras con ansia, ansia de huir, de escapar de esa realidad tan triste. Preferiría vivir las aventuras que vivía aquella niña protagonista del libro.
Con todos estos pensamientos en mente, dejo fluir sus emociones. La tristeza, la angustia, la desesperación se apoderaron de ella y ella les dio rienda suelta. Empezó a llorar, primero en silencio y luego sollozando, intentando no hacer mucho ruido.
En un momento dado, entre lágrimas y sollozos se dio cuenta de que las páginas brillaban con un tono dorado. Las paginas parecían volverse líquidas. Las palabras se emborronaron, y unos paisajes extraños, misteriosos y encantadores se mostraron.
La niña se mostró sorprendida. Llevada por la curiosidad, acerco las manos a las páginas y vio como las manos se sumergian en las paginas. La niña queriendo huir de esa realidad salto al libro, convirtiéndose en la protagonista.
------------------------------------
A la mañana siguiente, una de las cuidadoras del centro entró a levantar a la niña, ya que no se había presentado al desayuno.
En la cama vio el cuerpecito inerte de la niña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario