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viernes, 20 de julio de 2018

Tormenta


Veía los rayos entre la copa de los arboles, escuchaba los truenos. Todo retumbaba a su alrededor. El viento enredaba su cabello y la lluvia le humedecia el rostro. Se sentia viva, expectante. Si tan solo pudiera manejar ese poder, el poder de las tormentas, sería feliz.

Dejo el relativo refugio que le ofrecian los arboles, y se acercó a la explanada en aquel bosque. Poco a poco se acercó al centro de la explanada. Respiro hondamente. Quería controlar ese poder, realmente quería, era el poder de su familia y era la única que no podía controlarlo. Pero no iba a rendirse, no, ella nunca lo hacía.

Elevo una de sus manos al cielo tormentoso, trato de concentrarse lo maximo posible, ser una con la tormenta, trato de hacer lo más sencillo, atraer un rayo, solo uno pequeño le valía, eso significaría que estaba progresando, que no la apartarían.

No sentía nada, no lo lograba.

Se concentro con más ahinco. Nada.

Siguió intentandolo durante minutos, quizás horas. No lo conseguía. Se sentía frustrada. Oyo el crujir de una rama. Su concentración se rompió y abrió los ojos. Vió a su hermana mayor. La rabia aumento, para ella siempre había sido muy sencillo.

-¡¿Estás loca?!- le grito- ¡Sí sigues así, vas a morir!

-¡Ya lo sé, pero no me voy a rendir!- Seguía intentandolo, acumulando rabia en su interior, solo para reconducirla como energia y controlar la tormenta.

El viento se con más violencia, los truenos resonaban y la única luz que poseían era la de los rayos. Ambas hermanas estaban empapadas, pero no les importaba, estaban acostumbradas.

-¡Dejalo ya, simplementes no posees el Don!-Dijo la mayor.

-¡Lo poseo, solo que aún no se ha manifestado.-La lluvia rugía con más fuerza, la tormenta aumentaba, la exterior y la interior.-¡Deja de usar tu don!- la menor no podía creer que su hermana estaría usando su don contra ella.

-¡Yo no estoy usando nada!- le gritó la mayor. La mayor frunció el ceño y se dio cuenta de que el aumento de la tormenta era obra de su hermana. -¡Para, quien lo esta usando eres tú!

La menor abrió los ojos como platos y en ese momento fue consciente de lo que pasaba. Su Don se estaba manifestando, de forma muy violenta.

-¡Para, respira y relajate!- Gritó otra vez a su hermana. La tormenta era demasiado fuerte.

La menor intento tranquilizarse, pero no lograba apaciguar la tormenta.

-¡No puedo!

-¡Puedes, si eres capaz de aumentar su fuerza, eres capaz de apaciguarla! ¡Concentrate!- Hizo lo que su hermana le decía. Se concentro en el ambiente, en la lluvia, en el rugido de los truenos, en la luz de los rayos y utilizo toda su fuerza de voluntad para apaciguar la tormenta. Noto como el ruido disminuia.

Su hermana sonrió.

-Lo has logrado, lo has logrado.

Ella solo asintió, agotada.

-Sí, lo he conseguido.

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